Muchas veces me he preguntado si vivimos en una “sociedad post-cristaniana”. Quienes lo afirman sostienen que la sociedad moderna se caracteriza por una disminución importante de la influencia del cristianismo en la vida política, económica, social y cultural; las normas, los valores y las prácticas que se asocian al cristianismo pierden sus preeminencia y pasan a ser irrelevantes, a la vez que ceden terreno a otras filosofías y corrientes culturales, muchas veces, anticristianas.1
Una sociedad post-cristiana no es, necesariamente, una sociedad atea. Al contrario, la inmensa cantidad de grupos y afiliaciones de carácter espiritual, de pensamiento positivo nos demuestran que en realidad vivimos en una de las épocas más religiosas de la historia. La gente busca una “religión”, es decir, una forma de volver a unir lo humano con lo divino bajo la consciencia de que hay una “interferencia”. Llámela como quiera, pero existe un “ruído” una “separación”, una “cuarenta”, para emplear el lenguaje de algunos textos religiosos modernos.2
Esto lleva a los hombres modernos a buscar nuevas prácticas espirituales enfatizando, sobre todo, una espiritualidad de carácter personal e individual, como nunca antes vimos. Mientras que tradicionalmente, la religión era algo social, hoy es algo puramente individual, pero también del desarrollo personal:3 la meditación, el yoga, la visualización, la oración contemplativa, el crecimiento personal, e incluso el “minimalismo” tienden a una espiritualidad holística que pone el acento en el bienestar integral (cuerpo, mente, espíritu) del individuo.4
A veces pienso que no estamos realmente en una sociedad postcristiana, sino en una sociedad pre-cristiana, dónde los valores éticos y morales han regresado a una etapa inmediatamente anterior a la irrupción del cristianismo, eun un imperio corrupto, hedonista, entropocéntrico y moralmente decadente, en una sociedad que se entretenía viendo como dos hombres se mataban, que sabía de la existencia de la esclavitud (laboral, sexual, la que usted imagine) y se aprovechaba de eso. De una sociedad donde los rostros, por más bellos que parecieran reflejaban el estado de las almas: bellezas muertas, ojos inexpresivos.
Creo que esta es la descripción del mundo que vivimos hoy.
NOTAS
1Recomiendo al respecto la lectura de Jones, Michael, Libido dominandi. Liberación sexual y control político, Fidelidad, Bella Vista, 2023; ver también el interesante trabajo de Charles Taylor, A Secular Age, Harvard, Belknap Press, 2007.
2El término “separación” aparece en el contexto de Un curso de milagros (y derivados como Un curso de amor), mientras que el de “cuarentena” en El libro de Urantia.
3Me he preguntado muchas veces si esto no es consecuencia del principio protestante de la “salvación personal”.
4Wilber, Ken, El cuarto giro, Barcelona, Kairós, 2016.
La propuesta de que estamos en una situación precristiana me suena como “en los tiempos de Enoch”. ¿Estariamos entonces en una época apocaliptica?
En efecto.
Me gusta mucho esto de analizar la sociedad moderna. Pero no encuentro cuál sería la alternativa. Pienso que volver a los años 40 o 50 no tiene ninguna posibilidad hoy en día. No hay personas que estén dispuestas a hacerlo y no podemos esperar demasiado de los jóvenes. Todo es modernismo.
Yo también creo que es imposible volver a los años 40-50, y además creo que la sociedad de entonces era un verdadero desastre. Basta pensar que fue una humanidad que se masacró en una terrible guerra mundial, presenció el genocidio y participó en distintos grados del genocio y luego, empujó a las gravísimas transformaciones que sufrió el cristianismo en la década de 1960. Si ponemos el caso del catolicismo, los que eran sacerdotes y obispos en los ’50 fueron los padres conciliares del Vaticano II. El modernismo ya había leudado el cristianismo, sólo que estaba contenido.
Gracias por el comentario,
Dices “Una sociedad post-cristiana no es, necesariamente, una sociedad atea. Al contrario, la inmensa cantidad de grupos y afiliaciones de carácter espiritual, de pensamiento positivo nos demuestran que en realidad vivimos en una de las épocas más religiosas de la historia. La gente busca una “religión”, es decir, una forma de volver a unir lo humano con lo divino bajo la consciencia de que hay una “interferencia”. Llámela como quiera, pero existe un “ruído” una “separación”, una “cuarenta”, para emplear el lenguaje de algunos textos religiosos modernos.”
Te respondo: una sociedad que tiene por dioses a ídolos, que practica la espiritualidad pagana de los indios y todo eso no tiene a Dios, y por lo tanto es una sociedad atea. El que no tiene al Dios verdadero no tiene a ninguno. En todo caso tiene al demonio.
Hola Natalio. Es una observación muy acertada; no obstante, no por eso es una sociedad atea. No creer a Dios no significa, no creer en Dios.
Gracias por tu comentario.
Maybe Christianity needs to take a turn. I’m thinking, for example, of the recent reflections of Ken Wilber, or consider the proposal made by John Shelby Spong from the Episcopal Church.
La idea de que vivimos en una sociedad profundamente religiosa, pero con una espiritualidad individualizada y personalizada, es intrigante. Sin embargo, es importante reconocer que esta espiritualidad contemporánea no necesariamente representa un rechazo total del cristianismo o de cualquier otra tradición religiosa establecida, que me parece es lo que usted argumenta. Más bien, refleja una búsqueda de significado y trascendencia que puede manifestarse de diversas formas, incluyendo prácticas como la meditación, el yoga y la visualización, que pueden tener raíces en diferentes tradiciones religiosas.
Efectivamente, pero ¿Es una sociedad cristiana, en definitiva? ¿Esos valores son, en ultima ratio, compatibles?
The comparison between contemporary society and a supposed pre-Christian society characterized by corruption, hedonism, and moral decay is a gross exaggeration and a contentious interpretation. While acknowledging the existence of ethical and moral challenges in today’s society, equating it with the alleged depravity of pre-Christian times oversimplifies and distorts the complexities of both eras. This overly pessimistic perspective not only fails to accurately capture the progress and advancements in ethics and morality achieved in recent history but also undermines the nuanced understanding of our current societal dynamics.
Thank you for your comment. Perhaps the text is very brief and should expand on some concepts. However, I do not understand which “advancements in ethics and morality” achieved in recent history you are referring to. A society that does not have God is a society in which everything is permitted: genocides, crimes, etc. But I would like, if you agree, for you to expand on your opinion so we could publish it here.
La noción de una sociedad postcristiana, aceptada en círculos intelectuales contemporáneos, suscita profundas preocupaciones desde mi perspectiva como teólogo. Encuentro que esta idea, al menos tal como se presenta en el discurso secular, padece de una falta sustancial de fundamento moral y ético. Creo que como hombres de fe y estudiosos de la misma (a pesar de nuestras profundas diferencias de tradiciones y prácticas), percibo que la eliminación de las influencias religiosas tradicionales podría desencadenar una peligrosa fragmentación moral y espiritual en la sociedad. Asimismo, me inquieta la posibilidad de que la ausencia de un marco ético común basado en valores cristianos pueda llevar a una proliferación de sistemas morales subjetivos, lo cual podría socavar la cohesión social y el bienestar común, y cuya experiencia más lamentable fue el nacional-socialismo alemán o el comunismo.
Me interesaría que el autor vuelva a tocar estos temas más adelante.
Muchas gracias por su reflexión. Me gustaría que la ampliara y la pudieramos publicar aquí como artículo.
Es un tema muy complejo yq ue da para discutirlo. No sé si concuerdo en que estamos en una situación tan decadente porque a pesar de la agenda 20/30 como sociedad decidimos que ciertas aberraciones no se deben cometer. Hablo de aberraciones de todo tipo.
pero ¿Cuántas otras ya toleramos y otras tantas aceptamos? Vamos dejando lugar, vamos retrocediendo.
El autor del artículo se aventura en especulaciones audaces y temerarias, exhibiendo una propensión hacia el exceso interpretativo. Me parece que su enfoque excede los límites racionales y manifiesta una percepción desalentadora de la condición humana, sugiriendo una distanciada autoexclusión del mismo tejido social que aborda.
Muchas gracias por el comentario David. No creo que haya una sobreinterpretación de la realidad, ni que mi análisis fue irracional. Me gustaría conocer su punto de vista e incluso publicarlo aquí si le parece (puede escribirme a r.o.amado@hotmail.com). Finalmente le aseguro que no me considero un agente extraño al mundo moderno.
Saludos,
¿Cómo podriamos dar vuelta la situación? ¿Existe alguna forma de reformar la sociedad y cristianizarla?
Desde mi perspectiva eso implicaría una conversión completa de la sociedad, lo cual es virtualmente imposible, por lo menos desde mi perspectiva.
Me parece que da para debate, no todo es tan blanco y tan negro.
Decididamente estamos en una época apocaliptica.
Toda sociedad que tuvo a Cristo y lo rechazó está consagrada a Satanás.
Me llamó mucho la atención este artículo. Gracias por el enfoque.
Although religious adherence may have declined in certain regions, Christianity’s legacy endures through its profound impact on art, literature, and philosophy, shaping our understanding of morality, spirituality, and the human condition. Thus, we’re far from being in a post-Christian society.
Despite shifting cultural landscapes, the influence of Christianity still permeates many aspects of our society, evident in our legal systems, moral frameworks, and even holidays. The remnants of its teachings continue to shape societal norms and values
Una sociedad pre-cristiana es una sociedad que no ha conocido a Jesucristo. Me pregunto si acaso no estaremos adorando “Al Dios desconocido” de hechos 17:23. Si es así, hay esperanza.
As a priestess within the Episcopal Church of the USA, I firmly affirm that ours is not a society confined by the labels of post-Christian or pre-Christian, but rather one navigating the ever-evolving tapestry of faith and spirituality. Drawing wisdom from Bishop J. Spong, we understand Christianity not as a static entity frozen in time, but as a dynamic force engaging with the complexities of our modern world.
In this era of pluralism and diversity, our faith community is called to embrace inclusivity, love, and justice as central tenets of our spiritual journey. We reject the notion of a linear progression from one era to another, recognizing instead the interplay of tradition and innovation, ancient wisdom and contemporary insight.
So let us embark together on this sacred exploration, embracing the mystery of faith with open hearts and minds. May the divine light guide and bless the author of this post and all who encounter these words, now and always. Amen.
Wake up, smell the incense and get on with loving the migrant, poverty-stricken, homeless, marginalized. That’s where we’ll find Christ.”
I think at the end of the day, this is what matters. Is your inclusion in the Anglican Communion necessary for your salvation? Do you feel persecuted, to the point of your human rights being violated? Get back to the gospel. Serve. Love. Seek justice.
El post es muy bueno, pero los comentarios están igual de interesantes. Me gustaría leer más de esto.
Abrazos en Cristo
Tantos comentarios en este post me parece que es una prueba de a dónde tendría que ir este blog. Me gusta la temática, pero me parece un error que tardes tanto entre cada publicación. Tendría que ser más dinámico. Sobre el tema particular, es algo que hablé contigo hace mucho tiempo y respeto tu postura, pero me parece que eres demasiado pesimista y tienes nostalgia por un pasado que no viviste.
¿Cómo se podría construir una “sociedad cristiana? ¿Considerás que es posible cristianizar la sociedad actual o debemos empezar de cero?
Considero que la sociedad moderna, que esta sociedad en la cual vivimos está perdida. El mundo moderno no puede ser restaurado, sólo le queda la destrucción. No soy para nada optimista, como bien señalaron algunos lectores.
¿Que opinión te merece la obra de John Senior?
Excelente.
Es cierto que no vibimos en una sociedad verdaderamente cristiana como lo fue la Edad Media, pero tampoco me parece que hayamos vuelto a la época del paganismo. Cristo “imprimió” carácter y ese caracter es imborrable. Si no, no nos queda ni la esperanza. Me cuesta coincidir con un diagnóstico tan pesimista.
Siempre se puede corregir. Hubo ejemplos historicos que podemos retomar, como fue el caso de Franco o de la Guardia de Hierro, incluso tenemos el cercano caso de Bolivia.
Las experiencias que cita (quizás con la salvedad de la España franquista) distan mucho de ser sociedades cristianas. En el caso de Bolivia no imagino a qué puede referirse: durante la última dictadura se impuso un narco-estado del que, lamentablemente, algunos pseudo-tradicionalistas participaron.
Muy duro análisis
In the United States, we have the historical experience of building a Christian society from scratch: our ancestors came to this country fleeing religious persecution
It is true to some extent that the 13 colonies, according to the ‘Golden Legend,’ were home to those seeking freedom to worship God according to their conscience; it is also true that as soon as they settled, they began to persecute each other