Hace poco me tocó leer un texto de un renombrado teólogo adventista contra la predestinación. No es algo excepcional. También tengo algunos escritos católicos romanos al respecto. Cuando estaba trabajndo en mi tesis tuve que abordar el problema. Claro, no lo hice como teólogo, sino como historiador, y por la temática de mi tesis (y su extensión) tuve que hacerlo de forma tangencial.
Mientras leía autores del siglo XVII y XVIII que trataban del tema (aún cuando la discusión estuviera “prohibida” por Roma, se escribió largo y tendido), noté cómo citaban vez tras vez a San Agustín y a Santo Tomás de Aquino.
Es por ello que quisiera compartir con todos ustedes este inequivoco fragmento de la Suma Teológica, cuya verdad y lógica es incontestable.
Santo Tomás de Aquino: Sobre la Predestinación, Suma Teológica I, q 23 art 1 y 7
Artículo 1: Los hombres, ¿son o no son predestinados por Dios?
Objeciones por las que parece que los hombres no son predestinados por Dios:
1. Dice el Damasceno en el II libro: Hay que saber que Dios todo lo conoce de antemano, pero no todo lo predetermina. Pues de antemano conoce lo que hay en nosotros y no lo predetermina. Pero los méritos y deméritos humanos están en nosotros en cuanto que, por el libre albedrío, somos dueños de nuestros actos. Por lo tanto, lo que pertenece al mérito o demérito no está predestinado por Dios. Así, desaparece la predestinación de los hombres
2. Como se dijo (q.22 a.1 y 2), todas las criaturas están ordenadas a sus fines por la providencia divina. Pero de las otras criaturas no se dice que estén predestinadas por Dios. Luego tampoco hay que decirlo de los hombres.
3. Los ángeles, como los hombres, son capaces de ser felices. Pero a los ángeles, al parecer no les corresponde ser predestinados, pues en ellos nunca hubo miseria. Y Agustín dice que la predestinación es el propósito de apiadarse. Luego los hombres no son predestinados.
4. Los beneficios que Dios da a los hombres los da a conocer a los santos por el Espíritu Santo, tal como nos dice el Apóstol en 1 Cor 2,12: No recibimos el espíritu de este mundo, sino el Espíritu que viene de Dios para que sepamos qué es lo que Dios nos concede. Por lo tanto, si los hombres fueran predestinados por Dios, como la predestinación es un don, la predestinación sería conocida por los predestinados. Y esto es falso.
Contra esto: está lo que se dice en Rom 8,30: A los que predestinó, a ésos llamó.
Respondo: A Dios le corresponde predestinar a los hombres. Pues, como quedó demostrado (q.22 a.2), todo está sometido a la providencia divina. Y como también se dijo (q.22 a.1), a la providencia le corresponde ordenar las cosas al fin. Y el fin al que son ordenadas las cosas por Dios es doble. Uno, que sobrepasa la capacidad y proporción de la naturaleza creada, y este fin es la vida eterna, que consiste en ver a Dios, algo que sobrepasa la naturaleza de cualquier criatura, según quedó establecido (q.12 a.4). El otro fin es proporcionado a la naturaleza creada, y que puede alcanzar con sus fuerzas la misma naturaleza creada. Y aquello a lo que no puede llegar con la capacidad de su propia naturaleza, es necesario que le sea otorgado por otro, como la flecha necesita al arquero para llegar al blanco. Por eso, y hablando con propiedad, la criatura racional, capaz de llegar a la vida eterna, llega a ella como si le fuera transmitida por Dios. El porqué de dicha transmisión preexiste en Dios, como también en El preexiste la razón del orden de todo al fin, que es la providencia, como ya dijimos (q.22 a.1). La razón que, de algo que se va a hacer, hay en la mente del que lo va a hacer, es una determinada preexistencia que de lo que se va a hacer hay en él. Por eso, la razón de la predicha transmisión de la criatura racional al fin de la vida eterna se llama predestinación; pues destinar es enviar. Queda claro que la predestinación, en cuanto a los objetivos, es una parte de la providencia.
A las objeciones:
1. El Damasceno llama predeterminación a la imposición de necesidad; como sucede en las cosas naturales, que están predeterminadas a algo fijo. Este sentido lo apoya lo que añade: Pues no quiere la malicia ni fuerza la virtud. Así, no queda anulada la predestinación.
2. Las criaturas irracionales no están capacitadas para aquel fin que sobrepasa la capacidad de la naturaleza humana. Por eso no se dice propiamente que estén predestinados. Aun cuando a veces se abusa de la palabra predestinación para hablar de cualquier otro tipo de fin.
3. A los ángeles les corresponde ser predestinados como los hombres, aunque nunca hubiera habido miseria en ellos. Pues el movimiento no se especifica por el punto de partida, sino por el de llegada. Ejemplo: No importa que algo blanco, antes de ser blanco, haya sido negro, gris o rojo. De modo parecido, para ser predestinado no importa que alguien sea predestinado a la vida eterna saliendo de un estado de miseria o no. También puede decirse que conceder un bien superior al merecido es algo que pertenece a la misericordia, como ya dijimos (q.21 a.3 ad 2; a.4). 4. Aun cuando por un privilegio especial a algunos se les revele su predestinación, sin embargo no es conveniente que se revele a todos, porque los predestinados se desesperarían, y la seguridad de ser predestinado podría parecer una negligencia.
Artículo 7: ¿Es o no es seguro el número de predestinados?
Objeciones por las que parece que no es seguro el número de predestinados:
1. No es segura una cantidad a la que se le puede añadir algo. Pero al número de predestinados se le puede añadir alguno, tal como se dice en Dt 1,11: Que el Señor Dios nuestro añada a este número muchos miles. Glosa: Esto es, el número establecido por Dios, que conoce a los suyos. Luego no es seguro el número de predestinados.
2. No se puede dar la razón de por qué Dios predetermina a los hombres para la salvación en un número más que en otro. Pero Dios no dispone nada sin razón. Luego no es seguro el número preestablecido por Dios de los que se van a salvar.
3. El obrar de Dios es más perfecto que el obrar de la naturaleza. Pero en las obras de la naturaleza es más frecuente encontrar lo bueno que lo defectuoso y lo malo. Así, pues, si Dios fuera quien determinara el número de los que se van a salvar, serían más los que se iban a salvar que los que se iban a condenar. Lo contrario se deduce de Mt 7,13s.: Ancho y espacioso es el camino que lleva a la perdición; y son muchos los que entran por él. Estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida; y son pocos los que la encuentran. Luego el número de los que se van a salvar no está predeterminado por Dios.
Contra esto: está lo que dice Agustín en el libro De Correptione et Gratia: Es seguro el número de los predestinados; nadie lo puede aumentar, nadie lo puede disminuir.
Respondo: Es seguro el número de los predestinados. Algunos sostuvieron que era seguro formalmente, pero no materialmente. Es como si dijéramos que es seguro que se salvarán cien o mil, pero no que sean éstos o aquéllos. Pero esto anula la certeza de la predestinación, de la que ya hemos hablado (a.6). En este sentido, hay que decir que el número de los predestinados es seguro tanto formal como materialmente.
Pero hay que advertir que se dice que en Dios es seguro el número de los predestinados no sólo por razón del conocimiento, es decir, porque sepa cuántos son los que se han de salvar (pues en este sentido conoce también el número de gotas de lluvia o de granos de arena del mar); sino por razón de elección y de una determinada selección. Para demostrar esto, hay que tener presente que todo agente tiende a producir algo finito, tal como consta en lo dicho anteriormente sobre lo infinito (q.7 a.4). Ahora bien, quien fija la proporción de su obra, escoge el número de lo que constituirá las partes esenciales, que, en cuanto tales, son necesarias para la perfección del conjunto. Pero no el número concreto de lo que no son partes esenciales y que sólo son necesarias en función de las esenciales. Por eso escogerá unas en la medida en que le sirvan para las otras. Ejemplo: El arquitecto determina la capacidad de una casa y el número de habitaciones que va a tener, así como las medidas de las paredes o del techo. Pero no determina el número de piedras, sino que usa las necesarias para llevar a cabo lo propuesto. Así es como hay que razonar con respecto a la relación Dios-Universo (que es obra suya). De antemano fijó cuáles serían sus dimensiones y cuál el número más indicado de sus partes esenciales, esto es, las que de algún modo son perpetuas; cuántas esferas, cuántas estrellas, cuántos elementos, cuántas especies. Con respecto a los seres individuales perecederos, éstos no están ordenados al bien del universo como partes esenciales, sino como algo secundario, es decir, en cuanto en ellos se salva el bien de la especie. Por eso, aun cuando Dios conoce el número de los seres individuales, sin embargo, el número de bueyes o de mosquitos o de otras cosas no es predeterminado por Dios; sino que, de todo, la providencia divina produce lo suficiente para la conservación de las especies.
Entre todas las criaturas, las que principalmente están ordenadas al bien del universo son las racionales, que, en cuanto tales, son incorruptibles. De entre ellas, de modo especial, las destinadas a la bienaventuranza, que son las que alcanzan el último fin de un modo más inmediato. Por lo tanto, el número de los predestinados es seguro para Dios, y no sólo como algo conocido, sino, principalmente, como algo previamente fijado.
No puede decirse lo mismo del número de los condenados, que parecen estar previamente ordenados por Dios al bien de los elegidos, para quienes todo coopera para el bien. Respecto a cuál es el número de todos los hombres predestinados, algunos dicen que se salvarán tantos cuantos ángeles cayeron. Otros, que tantos cuantos ángeles no cayeron. Otros, que tantos cuantos ángeles cayeron y cuantos fueron creados. Es mejor decir que sólo Dios conoce el número de los escogidos para ser colocados en la más sublime felicidad.
A las objeciones:
1. Aquel texto del Deuteronomio hay que entenderlo de los establecidos por Dios con respecto a la justicia presente. Este es el número que aumenta o disminuye, no el de los predestinados.
2. La razón de cantidad de una parte hay que tomarla en su proporción con el todo. Así, en Dios la razón de que haya tantas estrellas o tantas especies de seres, y el número de predestinados, hay que tomarla de la proporción entre las partes principales y el bien del universo.
3. El bien proporcionado al estado común de la naturaleza está en muchos. La ausencia de este bien, en pocos. Pero el bien que sobrepasa el estado común de la naturaleza está en pocos. Su ausencia, en muchos. Por eso, podemos comprobar que los hombres dotados de inteligencia suficiente para orientar su propia vida, son muchos. Los que no la tienen, y que se llaman tontos o idiotas, son pocos. Pero con respecto a ambos, poquísimos son los que llegan a tener un conocimiento profundo de las cosas. Así, pues, como la felicidad eterna, consistente en la visión de Dios, sobrepasa el estado común de la naturaleza, y de modo especial por haber sido privada de la gracia por la corrupción del pecado original, pocos son los salvados. Y en esto se contempla la inmensa misericordia de Dios, que eleva hasta aquella salvación de la que muchos se ven privados por inclinación natural.
Apreciado Raúl,agradeciendo como siempre la hospitalidad que me proporcionas en tu blog, quiero felicitarte por poner otra vez en la mesa el tema de temas dentro de la teología, es decir, la salvación por medio de la Gracia, a los elegidos o predestinados por Dios.Ciertamente, para conocer los alcances de este tema tan importante, hay que recurrir en primera instancia a la Sagrada Escritura, donde sin duda se habla de esto en repetidas ocasiones:Romanos 8:29, 33Romanos 9:11Efesios 1:4Mateo 24.22, 31Lucas 18:72 Timoteo 2:101 Pedro 1:2Mateo 25:34Juan 15:16La \”predestinacion\” en la Iglesia Ortodoxa no es algo como lo entienden los católicos-romanos o los Protestantes. Es decir en el sentido Agustiniano y \”aquinista\” que lugo seria profundizado por los protestantes. Dios en su Infinita Sabiduria o \”Preciencia\” conoce todas las cosas, pero no es en el sentido de que \”Tal individuo se va a salvar y tal otro se va a condenar\” (al estilo del \”Mi Salvador Personal\” de los Protestantes) o \”tal comunidad se salvara y aquella tal se condenara\” etc. Tampoco esta en nosotros tratar de conocer el Gran Misterio de su Sabiduria infinita, nosotros simplemente debemos saber (y con eso nos debe bastar) que Dios quiere que todos nos salvemos porque Cristo murio por la Salvacion de toda la humanidad, es decir en estos terminos toda la humanidad estaria \”Predestinada\” para salvarse. Pero aqui viene la otra parte (de alli que los católicos-romanos nos dicen \”Semi-Pelagianistas\”): el hombre tiene tambien su libertad y libre albedrio de aceptar o no esta salvacion de seguir o no este camino trazado por Cristo para obtener su salvacion, y de hacer uso o no de los medios dados por él para nuestra salvacion, es decir los Misterios o Sacramentos de la Iglesia. Un punto que considero de suma importancia es el tema de la \”la Accion Gracia\” y que puede ayudar a comprender lo que yo torpemente trato de explicar, y tiene que ver con la concepcion \”excluyentemente\” Ortodoxa que es el concepto de \”Sinergia\” dado por San Juan Casiano quien resolvio los extremos de las doctrinas pelagiana y agustiniana el cual describe correctamente que la Gracia de Dios esta ahí esperando a que el hombre la busque, y que sin el esfuerzo humano tampoco la Gracia acudira a él asi porque si, esto lo explica muy bien el Santo Metropolita Philaret (Voznesensky) en la \”Ley de Dios\”, en el capitulo \”Gracia y Salvacion\”.Esperando que esta humilde aportación (No es importante lo que yo crea, sino lo que la Iglesia Crea al respecto, esto es muy importante, porque uno deja cualquier pensamiento individual y orgullo para seguir lo que en realidad es correcto. No me gusta hablar mucho de Teologia, para mi esto es algo muy grande y hasta peligroso si uno no es un verdadero Teólogo (en verdadero sentido). La Teologia o jugar a ser \”Teologos\” como muchos de aquellos matriculados que ostentan estos titulos puede llevar a la confusion y a la pseudo teologia moderna y a sus pseudo teologos, este ha sido el \”aporte\” de la \”escolastica\” occidental desde tiempos medievales que es la \”manipulación\” de lo Divino y el tratar de buscar a todo una \”explicación\” y hasta llegar al \”desarrollismo\”, esto ahora tambien invade a la Ortodoxia y sus \”seminarios\”.Digo todo esto sin ánimo de ofender y agradecido por la oportunidad de participar en este Foro.Saludos en Cristo Nuestro Señor y la Santísima Madre de Dios.Indigno Diácono JesúsIglesia Ortodoxa Antioquena en México
Estimado Padre Diacono,Un gusto leer sus explicaciones. Agradezco a este blog tambien la posibilidad de que nos expresemos con respeto mostrando similitudes y diferencias. Yo tambien he visto con horror algun seminarista pavoneando la \”novedad\” de ciertas posturas escolasticas en seminarios Ortodoxos. No, no le digo a los Latinos que sea malo, es que en realidad no forma parte ni de nuestra cultura mental, ni de nuestra tradicion ni teologica ni filosofica.En Cristo y la Bienaventurada Theotokos.
hay una diferencia entre la doctrina calvinista (fatalista) y…Por qué fatalista?Soy calvinista pero no comprendo esa acusación de fatalismo, podría explicármela por favor?Bendiciones!
Diácono Jesús:el hombre tiene tambien su libertad y libre albedrio de aceptar o no esta salvacion de seguir o no este camino trazado por Cristo para obtener su salvacionNo hermano, no recuerda a Juan 1:12-13? 12 Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechoshijos de Dios. 13 Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de Dios.Uno no puede ir a Dios por su propia voluntad, pues esta, está esclavizada.De ahí que la Salvación dependa exclusivamente de la Misericordia de Dios.Así que no depende del que quiere (voluntad), ni del que corre (obras mecánicas y egoístas), sino de Dios que tiene Misericordia.Romanos 9:16Bendiciones!
Knock, knock, alguien por ahí…?:\\
Estimado Raúl, soy un estudiante avanzado de teología recientemente convertido al catolicismo. Tu blog me ayudó en el proceso de con-versión, es decir, de volver los ojos hacia el Señor Nuestro Dios.Te pido, por favor, que publiques más artículos sobre éstos temas, sobre cristología y pneumatología antes de perder el tiempo en estériles disputas con gente que jamás aceptarán sus errores.En Nuestro Señor y la Theotokos,
El problema de la predestinación en la Teología me suena es para mí como el problema del determinismo causal en la Física, pero sin unos experimentos como los de la mecánica cuántica que permita comprobar algo.
Por ejemplo, el siguiente párrafo de Santo Tomás:
“La razón que, de algo que se va a hacer, hay en la mente del que lo va a hacer, es una determinada preexistencia que de lo que se va a hacer hay en él. Por eso, la razón de la predicha transmisión de la criatura racional al fin de la vida eterna se llama predestinación; pues destinar es enviar.”
Para mi es oscuro, o simplemente es el determinismo causal de Laplace aplicado a las razones. En fin, si “pues destinar es enviar” la lógica es la del tiempo como una flecha que va del pasado al futuro donde una razón lleva a una acción que lleva a otra razón y así, la razón inicial es la predestinación, pues “en El preexiste la razón del orden de todo al fin”. La predestinación de Santo Tomás es en el fondo eso, el determinismo de Laplace.
Me parece un análisis excelente ¿Me permites compartirlo como entrada en este blog?
Hola Raúl tanto tiempo,
Como quieras, aunque lo escribí al voleo y puede ser un cachivache filosófico ja ja.
Un saludo en Cristo,