La Iglesia como agente transformador

La Radical Orthodoxy es un movimiento teológico y filosófico postmoderno que surgió a fines del siglo XX y cobró fuerza en el siglo XXI como respuesta a la clara decadencia de la modernidad y el secularismo. En esencia, este movimiento busca recuperar la unidad pre-moderna de la teología y la filosofía, desafiando la bifurcación epistemológica y ontológica que caracteriza el pensamiento moderno. De esta forma, la Radical Orthodoxy aboga por un compromiso teológico integral con todo el espectro del conocimiento humano, afirmando que el cristianismo proporciona un marco sólido para interpretar la realidad, la existencia humana, la sociedad y el mundo.

Un elemento central de los principios de la Radical Orthodoxy es una crítica profunda de la modernidad, que se considera una ruptura con la conexión orgánica entre la fe y la razón. Según sus defensores, la desintegración de la teología de otras disciplinas académicas, particularmente la filosofía, ha llevado a una cosmovisión fragmentada y desprovista de significado trascendente. Al abogar por la reintegración de la teología y la filosofía, la Radical Orthodoxy busca recuperar la rica herencia intelectual de la tradición cristiana y explorar su relevancia para abordar los desafíos contemporáneos.

Una característica distintiva de la Ortodoxia Radical es su énfasis en la participación y la sacramentalidad. Arraigada en una ontología sacramental, esta perspectiva considera el mundo material como impregnado de la presencia divina, haciendo de los sacramentos un medio transformador de encontrar a Dios. Mientras que para la teología sacramental de la Iglesia Ortodoxa, por ejemplo está profundamente arraigada en el concepto de θέωσις (Theosis) o divinización, y los sacramentos son vistos como misterios (μυστήριον) a través de los cuales los creyentes participan de la naturaleza divina y se unen a Cristo, para la Radical Orthodoxy los sacramentos, si bien poseen una naturaleza transformadora, se subraya el papel de los sacramentos en la impreganción del mundo material con la presencia divina, se enfatiza la inmanencia de lo divino en el Κόσμος (Kosmos). De esta manera se aboga por una comprensión holística de la realidad dónde lo sagrado y lo lugar están entrelazados.

Además, la Ortodoxia Radical postula la radicalidad de Cristo como el núcleo de su marco teológico. La figura de Cristo, que representa la paradoja Dios-hombre, se convierte en el punto de convergencia entre teología y filosofía. El mensaje radical de Cristo desafía los supuestos seculares prevalecientes de la modernidad y critica la hegemonía ideológica de la teología liberal que ha acomodado al cristianismo para encajar dentro de un marco secularizado.

Teniendo en cuenta lo anterior, podemos pasar ahora a la pregunta de qué es la Iglesia o Εκκλησία. Ella es una comunidad sacramental, pero no en el sentido de que en ella se mantienen y resguardan los sacramentos en el sentido tradicional, sino que ella encarna la presencia transformadora de lo divino en el mundo. La Εκκλησία se extiende más allá del ámbito privado y constituye un testimonio contracultural que desafía las tendencias secularizadoras de la sociedad contemporánea. Así, la Εκκλησία ιερό μυστήριο (Iglesia como sacramento) es el lugar o espacio en el cual ocurre el encuentro transformador con lo divino, permitiendo a los creyentes la participación de la vida de Cristo. La Iglesia es una extensión de la Encarnación del Λόγος, en la cual converge el Reino material y espiritual y los sacramentos (Ιερό Μυστήριο) no son simplemente un medio para alcanar una gracia, sino el medio de santificación de los individios y del orden creado o Κόσμος.

La Εκκλησία entonces no es un refugio ante la modernidad, sino un agente transformador del mundo. No es el lugar para escapar y quedarnos refugiados, recreándonos en un onanismo espiritual con prácticas antiguas por el simple hecho de que son antiguas. La Iglesia no es un museo de ceremonias y ropas donde cada cual, entiende más o menos lo que quiere y se erige con el derecho a excomulgar a quien no se ajusta a su sistema de pensamiento, donde cada “guardia” del museo se ve a si mismo como el director de la misma. No, ella no es un depósito de glorias pasadas, ella no es un esqueleto. Ella es la Vida misma.

Cultura teológica y Radical Orthodoxy

El concepto de “cultura teológica”, desde la perspectiva de la escuela llamada “Radical Ortodoxy“, se vuelve central. En efecto, esta escuela de pensamiento busca ir más allá de comprometerse con varias disciplinas, incluidas la filosofía, la política, la literatura y la cultura, desde una perspectiva teológica; por el contrario, la Radical Ortodoxy propone el regreso de la Teología como disciplina rectora.

En esencia, la Teología no debe limitarse a discusiones confinadas dentro de la Iglesia institucional, sino que debe impregnar y dar forma a discursos culturales más amplios. Esta idea desafía la secularización de la cultura moderna y aboga por el “reencantamiento del mundo” a través de un retorno a una comprensión teológica profundamente arraigada.

Es entonces que damos paso a la cultura teológica. Dentro del marco de la Radical Ortodoxy esta implica la integración de ideas, principios y prácticas teológicas en todos los aspectos de la existencia humana. Busca recuperar las dimensiones trascendentes y espirituales de la vida, reconociendo que todas las facetas de la cultura, ya sea arte, política, ciencia o educación, pueden ser enriquecidas y elevadas por la reflexión teológica.

Autores como Graham Ward o Catherine Pickstock señalan rechazan la noción de compartimentar las creencias religiosas en una esfera privada, sino que insiste en la importancia de reconocer la interconexión entre teología y cultura. La teología es vista como el fundamento que da significado y propósito a las actividades humanas y actividades intelectuales. Al infundir a la cultura valores teológicos, la Radical Ortodoxy tiene como objetivo desafiar los supuestos seculares que prevalecen en las sociedades modernas y presentar una visión alternativa para enfrentar los desafíos contemporáneos.

Además, esta corriente critica la marginación de la teología del discurso intelectual y piden una reafirmación del papel de la fe en la formación de valores culturales. La cultura teológica no es una forma de imperialismo intelectual o un retorno a una sociedad teocrática, sino más bien un alegato a favor de una cosmovisión más inclusiva e integrada, que reconozca las importantes contribuciones de las tradiciones religiosas en la formación de la historia y la cultura humanas.

Nos convertimos en teólogos

“Todos nosotros somos teólogos, de una forma u otra. Ser teólogo simplemente significa pensar y hablar acerca de Dios. Es verdad, es posible que no hagamos mucho de eso. Podríamos pasar días y semanas sin pensar en Dios, pero eso suele ser imposible. Suceden cosas. Accidentes. Tragedias. Muertes y funerales. Desastres naturales. Enfermedades. Pérdidas. Sufrimiento o placer. Pura gracia. Encuentros fortuitos que determinan nuestras vidas. Amor. Empezamos a preguntarnos… preguntándonos si hay alguna lógica en todo esto en nuestras vidas, o alguna injusticia. Nos convertimos en teólogos”.

On Being a Theologian of the Cross: Reflections on Luther’s Heidelberg Disputation, 1518 (1997)

Las fuentes

Siempre me dió curiosidad como a nuestra memoria pueden allegarse fragmentos de lecturas, a veces con una exactitud extraña. Recientemente tuve una fuerte discusión que llevó a la ruptura de una amistad, el origen fue una disputa teológica que, para quien la viera de lejos recordaría las palabras de Porcio Festo: “ζητήματα δέ τινα περὶ τῆς ἰδίας δεισιδαιμονίας εἶχον πρὸς αὐτὸν καὶ περί τινος Ἰησοῦ τεθνηκότος, ὃν ἔφασκεν ὁ Παῦλος ζῆν” (Hech 25: 19).

Volver sobre una discusión, intentar aclarar las cosas, demostrarle a una persona que está equivocada muchas veces es peor. No siempre se puede discutir, y en más de una oportunidad lo mejor es guardar silencio. No generar más inquietud de la que existe, tal vez, ni siquiera ser testigo de la rabia, la ira o la decepción (justificada o no, sobre todo cuando no), de la otra persona. La situación que viví, y que me lleva a plantearme seriamente varias cuestiones, que ahora no quiero ahondar, me trajeron a la memoria el siguiente poema de William Robert Rodgers, publicado en Awake! and Other Poems

The Fountains

Suddenly all the fountains in the park
Opened smoothly their umbrellas of water,
Yet there was none but me to miss or mark
Their peacock show, and so I moved away
Uneasily, like one who at a play
Finds himself all alone, and will not stay.

Muchas veces cuando miramos la naturaleza lo mejor es hacer silencio y contemplar. Muchas veces, cuando la naturaleza humana sale a flote lo mejor es no mirar ni contemplar, si irse. No siempre es bueno despertar.

Gregorio de Palamas: Dios envía desde lo alto su abundante ayuda a todos

El martirio de San Esteban

San Gregorio de Palamas nos enseña la importancia del martirio como virtud suprema, estando en esto plenamente de acuerdo con San Agustín, pero además, señaló la posibilidad de alcanzar el estado de perfección. Meditemos esta enseñanza:

“Considere el significado de estas palabras proféticas y trate de entenderlas. El salmo dice que Dios da fuerza y ​​poder a todo su pueblo, porque en Dios no hay acepción de personas; sin embargo, es sólo en sus santos que nos llena de asombro. Porque así como el sol derrama abundantemente desde lo alto sus rayos sobre todos por igual, pero sólo los que tienen ojos pueden verlos, y sólo si sus ojos están abiertos, así también Dios envía desde lo alto su abundante ayuda a todos, ya que él es la fuente de salvación y de luz, siempre rebosante de misericordia y bondad. Sin embargo, no es cualquiera quien puede beneficiarse tanto de su gracia y poder como para practicar y llegar a ser perfecto en la virtud, o incluso realizar milagros, sino solo aquellos de buena disposición, que muestran su fe en Dios y su amor por él con sus acciones, que se apartan completamente del mal.

Cristo no sólo extiende su mano invisible desde el cielo a los que luchan, sino que también nos alienta de manera perceptible a través de las palabras del evangelio: A todo el que me reconozca delante de la gente, yo también lo reconoceré delante de mi Padre en cielo. La Iglesia de Cristo honra incluso después de su muerte a aquellos que han vivido una vida verdaderamente piadosa. Todos los días del año se conmemora a los santos que partieron de aquí ese día, dejando esta vida mortal. Nos presenta la vida de cada uno de ellos para nuestro beneficio, y también nos muestra cómo murió cada uno, si durmieron en paz o terminaron sus vidas en el martirio. En este día, sin embargo, la Iglesia los reúne a todos y entona un himno común en su honor.

Mis hermanos y hermanas, honremos también nosotros a los santos de Dios. ¿Cómo los honraremos? Imitándolos, purificándonos de toda mancha de cuerpo y de espíritu y dejando de pecar hasta que, por esta abstinencia, seamos llevados a una santidad como la de ellos. Al menos en estos días festivos, ofrezcamos a Dios cuerpos y almas que sean aceptables para él, para que también nosotros, por las oraciones de los santos, obtengamos una participación en su gloria y bienaventuranza eterna. Que todos lleguemos a esto por la gracia y misericordia de nuestro Señor Jesucristo, a quien con su Padre eterno y el Espíritu santísimo, bueno y vivificante, es la gloria ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.”

Bibliografía de mi libro “Respublica spiritualis”

Toda investigación debe estar sustentada en la documentación, por eso mismo considero que lo primero que debemos dejar en claro es el aparato documental y bibliográfico, tanto en una tesis, monografía o libro. La referencia que no se puede encontrar, que no puede ser cotejada no debe ser incluída. Si bien en pocas semanas saldrá a la venta mi libro Respublica Spiritualis, decidí colocar aquí tanto las fuentes como la bibliografía.

La coma joánica ¿Sigue siendo un tema a discutir?

Hoy vi en Twitter la siguiente publicación

Me sorprendió de sobre manera la afirmación de esta persona, que sin dudas es alguien bien intencionado, pero que, como muchas personas con buenas intenciones, habla desde el desconocimiento. Habría bastado, quizás una somera investigación sobre el “versículo silenciado” o “quitado”. En realidad el autor de esta publicación citó mal el versículo: no es 1 Jn 5: 7-12, sino un fragmento de 1 Jn 5: 7-8, no todo el versículo.

El texto completo en español es el siguiente:

7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.

En la Vulgata aparece de la siguiente manera:

7 Quoniam tres sunt, qui testimonium dant in caelo: Pater, Verbum, et Spiritus Sanctus: et hi tres unum sunt. 8 Et tres sunt, qui testimonium dant in terra: spiritus, et aqua, et sanguis: et hi tres unum sunt.

Este framento es conocido como la “coma joánica” y su inclusión o no en las biblias no es ninguna “novedad” moderna, antes bien, corresponde a un debate muy viejo que data de la época de Erasmo, no porque el problema no fuera conocido, sino porque por primera vez se puso en evidencia el problema respecto a los manuscritos griegos. En efecto, el fragmento que dice “en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” está ausente de los manuscritos griegos más antiguos, así como en las primeras versiones de la Vulgata de San Jerónimo.1 El fragmento comenzó a aparecer de forma constante en las copias de la Vulgata hacia el 800 y fue adoptado en las versiones griegas recién hacia el siglo XV. Es importante señalar que las versiones antiguas etíopes, arameas, siríacas, eslavas, armenias y árabes del Nuevo Testamento no incluyen el pasaje.

Una de las evidencias más importantes de que el texto es una interpolación posterior está en la cita textual de Clemente de Alejandría de 1 Jn 5:8, que la omite por completo. En el Codex Fuldensis, el manuscrito completo más antiguo de la Vulgata (c. 541) , también se encuentra ausente.2 En varios manuscritos griegos (como el Codex Regis, el Minuscule 177, 636 y el Codex Guelferbytanus) aparece como una nota al margen.

Es interesante señalar que en los Padres Apostólicos y de la Iglesia, hay posibles referencias en las homilías, pero siempre como una conclusión y referencia a al versículo 8. También es interesante que San Agustín, en su tratado Contra Maximinum3 no lo cita, aún cuando hace referencia al versículo 8 en varias oportunidades.4

En la época moderna el debate se reflotó a causa de la elección del tipo de manuscrito que se emplea al momento de realizar la traducción. Cabe hacerse la pregunta, entonces, si la omisión del fragmento “dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” es señal de alteración del texto, de ocultamiento o deformación doctrinal. La respuesta es negativa: la coma joánica no aparece en los manuscritos más antiguos y está demostrado que es una interpolación, posiblemente derivada de una explicación colocada al margen como un comentario o como referencia a las homilías de los Padres.

En todo caso, el tema de la coma joánica es interesante para estudiar e investigar, pero no para pontificar sobre un programa o complot para “adulterar” las Escrituras. Lo más recomendable es estudiar bien el tema, revisar los manuscritos, proveerse de bibliografía y entender que el traductor de la Biblia se ve obligado muchas veces a elegir entre varios manuscritos. En efecto, Juan Straubinger colocó la coma joánica, pero lo hizo entre corchetes y luego aclaró, en la nota lo siguiente:

Lo que va entre corchetes no está en el antiguo texto griego y falta igualmente en muchos mss. latinos, habiendo sido muy discutida su autenticidad con el nombre de comma johanneum”.5

Es interesante además que el eximio filólogo y teólogo señala que, para algunos autores fue Prisciliano quien agregó el fragmento con el cual fundó la herejía unitaria.

Como podemos apreciar, las buenas intenciones y la piedad no son necesariamente malas, pero deben estar basadas en el estudio, y no en la pasión ciega o en un fideísmo sin base alguna.


NOTAS

1Metzger, Bruce M.; Ehrman, Bart D. (2005). The text of the New Testament: its transmission, corruption, and restoration, New York, Oxford University Press. pp. 146–148.

2Philip B. Payne, “Fuldensis, Sigla for Variants in Vaticanus and 1 Cor 14.34-5”, NTS 41 (1995) 251-262.

3Ver 2.22.3; PL 42.794-95.

4Recomendamos el clásico Porter, John Scott, Principles of Textual Criticism, London, Simms and M’Intyre, 1848.

5Nota a 1 Jn 5: 7, p., 349 del segundo volúmen de la Biblia.

Respublica Spiritualis: muy pronto disponible

Estoy muy contento porque dentro de poco tiempo más saldrá a la venta mi libro Respublica Spiritualis. Un estudio de la cultura teológica en el Río de la Plata (siglos XVII-XIX). El libro saldrá bajo el sello editorial de Ediciones del Curzamante, y agradezco todo el apoyo de Eduardo Llorente para que este trabajo vea la luz.

El libro está basado en la tesis presentada en la Universidad de San Andrés. Muy pronto habrá novedades sobre la presentación y dónde estará disponible.

Teología contextual o descontextualizada

San Agustín, en su comentario a San Juan establece el principio “factum audivimus; mysterium réquiramus“, que será la base de la exégesis bíblica medieval. En efecto, si hay algo que caracteriza la obra de Orígenes, San Agustún, San Gregorio Magno, San Jerónimo o San Juan Damasceno es su fuerte dependencia a la Escritura. La Escritura no era un loci theologici, sino la fuente misma de la doctrina, y si se citaba a algún filósofo de la antigüedad, sólo se hacía en el contexto de la Escritura y cuidándose de no extraviar el sentido.

Esto contrasta muchísimo con la Teología moderna. En efecto, desde hace mucho tiempo se puede observar como las corrientes filosóficas han pasado a ser la principal herramienta de la Teología. Hoy los académicos, los teólogos buscan demostrar una teoría filosófica particular, y para ello, emplean todas las herramientas para que la Escritura se adapte a esa teoría.

La palabra “teoría” proviene del griego θεωρία que significa literalmente “mirar”, “contemplar”, pero para el pensamiento moderno esa contemplación no es transparente, sino que ocurre por medio de un canal que le da significado al todo. Así por ejemplo el erudito William R. Herzog II en su trabajo Parables as Subversive Speech: Jesus as Pedagogue of the Oppressed ofrece una explicación extraña sobre la Parábola de los Talentos (Mateo 25: 14-30) y su equivalente en Lucas (17: 11-19). Según Herzog el tercer siervo representa a Jesucristo, que denuncia a su señor como un ladrón y un explotador, un “hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste” (Mt 25: 24), mientras que el amo es una figura de los ricos terratenientes de la época.

Nadie puede negar que la propuesta de Herzog no es interesante, no obstante, no tiene base en la Escritura. El autor parte de un supuesto, de una construcción intelectual particular a la teología contextual (en este caso, una teología marxista según la cual Jesús era un líder revolucionario campesino) y a partir de ella comienza a construir una hermenéutica que rompe con dos mil años de interpretación sobre la misma parábola. Ahora ¿Esta θεωρία puede considerarse contextual o es una descontextualización (perdón por el neologismo)? ¿No está el autor sacando de contexto la historia? ¿No está forzando el texto más allá de él mismo?

Esto puede parecer extremo, pero es la regla en la nueva teología. O se descontextualiza o se relativiza la veracidad de la Escritura, la cual pasa a ser un simple testimonio de cómo una comunidad de fe expresó sus creencias y su historia en un momento determinado. Esto tranquiliza consciencias, es cierto, y ahorra grandes preguntas como las que surgen del Salmo 137: 9.