Sábado Santo: el descanso de Jesús

Hace dos días fue Sábado Santo, me fue imposible subir nada en el blog, por eso quería ahora compartir con ustedes una pequeña reflexión. En la lectura de pasión y muerte Jesucristo, según aparece en el Evangelio según San Juan leemos el siguiente pasaje:

Después de todo esto, sabiendo Jesús que todo estaba ya consumado, para que se cumpliera la Escritura dijo: «Tengo sed» Había allí un botijo lleno de vinagre. Fijaron en una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la llevaron a la boca. Cuando hubo gustado el vinagre, dijo Jesús «Todo está cumplido», e inclinando la cabeza entregó el espíritu.” (Jn 19: 28-30).

La escena es terrible, Cristo está colgado de la cruz, un instrumento terrible de tortura ideado por los romanos y reservado para los peores criminales, durante su pasión, Cristo bebe la copa de la Ira de Dios, el castigo por todos los pecados, pasados, presentes y futuros recaen sobre él. El Λóγος (Jn 1:1) es al mismo tiempo “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1: 29). Las manos que tomaron la tierra del Edén para formar al hombre, fueron horadaras en el Gólgota. San Pablo realza el papel de Cristo en la creación cuando nos enseña:

El padre nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención y la remisión de los pecados, que es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en Él fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por Él y para Él” (Col 1: 13-16).

La Ley Mosaica declaraba maldito el cadáver del delincuente, el cual contaminaba la tierra, por lo cual debía quitarse del madero al ponerse el sol :

Cuando uno que cometió un crimen digno de muerte sea muerto colgado de un madero, su cadaver no quedará en el madero durante la noche, no dejarás de enterrarle al día mismo, porque el ahorcado es maldición de Dios, y no has de manchar la tierra que Yavêh tu Dios te da en heredad. (Dt 21: 22-23).

Aquel sábado era sumamente especial, y por eso debía hacerse aún con mayor celeridad la retirada del cuerpo. Si vamos a Génesis encontramos que luego de haber realizado toda la creación

y rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el séptimo día de cuanto hiciera; y bendijo al día séptimo y lo santificó, porque en él descansó de cuanto había creado y hecho” (Gen 2: 2-3).

El Λóγος que llevó adelante la Creación vió consumada su obra y descansó en el séptimo día. Durante su ministerio, muchísimas veces los fariseos acusaron a Jesucristo de violar el sábado, lo cual era falso, antes bien, él rechazaba las tradiciones humanas que había cargado al Día del cual, Él era el Señor (Mr 2: 28). El Señor Jesucristo, viendo que había cargado sobre sí todos los pecados, que la obra estaba culminada, entregó su espíritu al Padre en la Cruz, venciendo a la Muerte y al Pecado, y descansó en el sepulcro “de cuanto había creado y hecho”. Aquel Sábado el Señor Descansó, aún en aquel momento el Señor cumplió los mandamientos, aún su madre, la Bienaventurada Virgen María y las demás mujeres “por causa del Mandamiento” no preparon el cuerpo y “se estuvieron quietas” (Lc 23: 55-56).

Que este Sábado Santo, Sábado de Gloria en el que esperamos el triunfo de la Luz sobre las tinieblas que quieren prevalecer, podamos aprender el valor del Sacrificio de Nuestro Señor en el Calvario, y demostremos nuestro amor a él, guardando sus mandamientos (Jn 14: 15-31).

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