La Biblia Textual, publicada por la Sociedad Bíblica Iberoamericana, se presenta como una obra singular en el panorama contemporáneo de traducciones bíblicas. Es, en el sentido clásico del término, un testimonio. No aspira a competir con las versiones más populares ni a seducir por su estilo; aspira, más bien, a ser fiel. Y esta fidelidad se manifiesta tanto en su metodología textual como en su actitud espiritual.
Puede descargar aquí el Antiguo Testamento y de aquí el Nuevo Testamento.
La Biblia como Revelación y Confrontación
El prólogo de esta versión, que con gravedad exhorta a ser considerado por todo lector, comienza estableciendo una distinción crucial: la Biblia no es un libro más, ni siquiera el más noble de los libros; es la más grande de todas las obras del Creador. Esta afirmación es programática: define la naturaleza del texto como una Palabra que juzga, que revela, que hiere para sanar. No es el lector quien examina el texto, sino el texto quien examina al lector. En una cultura donde la interpretación se ha convertido en ejercicio de soberanía individual, esta postura resulta tan contracultural como profundamente teológica.
Unidad Sobrenatural y Testimonio Profético
La Biblia Textual subraya postura sobre la “unidad de las Escrituras”. Escrita en un periodo de casi dos milenios, en tres continentes, por más de cuarenta autores de contextos diversos, la Biblia (sostinen los editores) exhibe una coherencia interna que sólo puede explicarse por su carácter sobrenatural. Esta unidad es un argumento teológico: una sola mente inspira toda la Escritura. Spiritus Domini loquitur per prophetas.
Crítica Textual y Restauración del Texto Sagrado
Uno de los aportes más notables de esta obra es su compromiso con la crítica textual. Lejos de venerar ciegamente tradiciones manuscritas tardías, como el Textus Receptus, la Biblia Textual se asienta sobre las ediciones críticas de la Biblia Hebraica Stuttgartensia y el Novum Testamentum Graece. Reconoce las múltiples variantes que los manuscritos exhiben, pero afirma con convicción que ninguna de ellas afecta la estructura doctrinal de la fe cristiana. Se trata de una restauración humilde, consciente de sus límites, pero decidida a acercarse lo más posible al Verbo original.
Traducción Contextual: entre Literalidad y Fidelidad
El concepto de “traducción contextual” es aquí clave. Se trata de una metodología que busca transmitir tanto el contenido semántico, como la intención, el tono, la estructura y el ethos del original. Preserva la aspereza cuando la hay, la redundancia cuando es retórica, la simetría cuando es poética. Es una traducción que reza, no que adorna. Que escucha, no que embellece. Que sirve, no que manipula.
Una actitud espiritual ante la Escritura
Finalmente, el tono devocional del prólogo es uno de sus mayores aciertos. Se invita al lector a descalzarse ante el texto, como Moisés ante la zarza. Se habla de pies limpios del mundanal lodo de las filosofías humanas, de un corazón hecho alheña, de una actitud postrada. No es una traducción para especialistas indiferentes ni para consumidores de espiritualidad rápida. Es para quienes desean orar con el texto, ser transformados por él, habitarlo como quien habita un claustro.
Conclusión
La Biblia Textual no pretende ser la versión definitiva. Sus editores reconocen que toda traducción es perfectible y que el carácter inspirado pertenece únicamente a los autógrafos. Pero en su honestidad, en su reverencia y en su esfuerzo riguroso, esta obra se ofrece como un instrumento digno para la oración, el estudio y la contemplación. Sicut cervus desiderat ad fontes aquarum, ita desiderat anima mea ad te, Deus.
Discover more from Documenta Theologica
Subscribe to get the latest posts sent to your email.