Nos convertimos en teólogos

“Todos nosotros somos teólogos, de una forma u otra. Ser teólogo simplemente significa pensar y hablar acerca de Dios. Es verdad, es posible que no hagamos mucho de eso. Podríamos pasar días y semanas sin pensar en Dios, pero eso suele ser imposible. Suceden cosas. Accidentes. Tragedias. Muertes y funerales. Desastres naturales. Enfermedades. Pérdidas. Sufrimiento o placer. Pura gracia. Encuentros fortuitos que determinan nuestras vidas. Amor. Empezamos a preguntarnos… preguntándonos si hay alguna lógica en todo esto en nuestras vidas, o alguna injusticia. Nos convertimos en teólogos”.

On Being a Theologian of the Cross: Reflections on Luther’s Heidelberg Disputation, 1518 (1997)