Éstas fotografías son bastante elocuentes. Aquí se puede ver a los sacerdotes ordenados por Squetino (Juan María Ibacache y Cristian Muñoz Lillo) simulando una misa y disfrazados como sacerdotes y obispos, cuando eran miembros de la secta conciliar y apenas sí habían entrando en contacto con el tradicionalismo.
Ni Juan María Ibacache ni Cristian Muñoz Lillo había sido ordenados por la Iglesia Conciliar, ni por ninguna otra religión que reclamara sucesión apostólica, por lo tanto simularon estado clerical y simularon la celebración de sacramentos. DE TODO ESTO EL OBISPO SQUETINO TENÍA CONOCIMIENTO, Y SI NO LO TENÍA ENTONCES LO TIENE AHORA.
¿Por qué publiqué la noticia de las ordenaciones que realizó Squetino? Porque sus acciones son graves y escandalosas, y contra las mismas advierte el magisterio de la Iglesia, especialmente el Concilio de Trento y también todas las normas canónicas. Squetino ordenó a dos hombres que carecían de preparación adecuada y que en un par de meses pasaron de la tonsura al presbiteriado. Los ordenó sacerdotes sabiendo que ellos ni siquiera conocían el catecismo básico.
Squetino, quien ha violado, como ya dijimos, todo lo que la Iglesia ha dispuesto sobre la ordenación de ministros, se presenta a sí mismo, y sus seguidores lo confirman, como el gran defensor de la Tradición Católica, del “verdadero sedevacantismo” y otras tantas sandeces que gustan repetir.
Bueno, aquí, en éstas fotos, todo el mundo verá porqué se ha dicho que ni Juan María Ibacache y Cristian Muñoz Lillo poseen aptitud canónica, no sólo porque es imposible que en unos meses llegaran a cumplir las normas de estudios requeridas por el Concilio de Trento, sino porque han cometido graves faltas, como la de simular la celebración de la Misa, vestir con hábito talar haciendose pasar por sacerdote (con birrete) e incluso vestirse como obispos. ¿Estos son los ministros que Squetino ordena? ¿Puede ordenarlos Squetino a sabiendas de ésto? ¿Qué dice el Código de Derecho Canónico al respecto?
CAN. 2322.Ad ordinem sacerdotalem non promotus:1°. Si Missae celebrationem simulaverit aut sacramentalem confessionem exceperit, excommunicationem ipso facto contrahit, speciali modo Sedi Apostolicae reservatam; et insuper laicus quidem privetur pensione aut munere, si quod habeat in Ecclesia, aliisque poenis pro gravitate culpae puniatur; clericus vero deponatur.
De nuevo, aquí no se trata de una cuestión personal, como el Obispo Squetino y sus “fans” conclavistas han querido dibujar. Se trata de una cuestión de fe. Unos hombres que no poseen aptitud canónica, que no saben ni latín para celebrar misa, que no entienden lo más básico del catecismo, unos hombres que se vistieron de clérigos sin serlo, que se disfrazaron como sacerdotes y obispos, jugando, simulando incluso una Misa y “escuchando” confesiones no debían ser ordenados.
Hoy sabemos que Juan José Squetino consagrará un obispo para continuar con su campaña de confusión y destrucción.
Muy buen artículo sobre el infame y oscuro personaje Squetino
Juan José Squetino es la representación de lo más crudo, más burdo y chabacano del tradicionalismo. Lo demuestran sus acciones, sus escritos, sus torcidos cabildeos y la calidad moral de sus ordenados. Ojo, creo que hay buena gente que lo sigue. Por ellos, y principalmente por Juan José Squetino, debemos orar. Dios los guíe al camino correcto.