Hoy es 25 de agosto y es la fiesta de San Luis Rey de Francia, ejemplo de padre, de amigo y sobre todo de gobernante cristiano. Hace algunos meses en mi sitio personal publiqué un texto titulado “De Dios nadie se burla”, y que responde a una idea general que hemos manejado desde hace años en Sursum Corda sobre como entendemos ciertos conceptos políticos, los cuales se encuentran en las antípodas del “nacionalismo católico” que algunos propugnan como dogma de fe.
Frente a estas reconstrucciones imaginarias de un pasado que no existió (¿Qué otra cosa es el fascismo?), o los ecos del estertor de un integrismo desfasado, como los hermeneutas recientes, en su declive, han desfigurado y distorsionado la esencia de la caótica obra de Julio Meinvielle, se alza la figura heróica de San Luis Rey de Francia o de San Vladimir de Kiev, verdaderos soberanos cristianos que pusieron a Dios sobre todas las cosas.
Oremos para que los gobernantes de hoy tengan a estos isoapóstoles como ejemplo en su día a día.
