Monseñor Aguer, el gobierno, la Iglesia… el problema de la mala educaciión

Decir que el Gobierno Argentino tiene con la Iglesia una relación tensa no es novedad. Todos sabemos la persecución que los católicos sinceros vivimos bajo el regimen democrático: los insultos, los agravios, las leyes que atentan contra nosotros, nuestra libertad de afearnos a la verdad, de rechazar y condenar el error. La mentalidad democrática es así: tolera todo menos lo que señala sus errores, entonces se vuelve tiránica en defensa de la libertad, que no es sino libertad para el error.
Actualmente la gran ofensiva es por la “educación sexual”. El gobierno arremete para obligar a los docentes a dictar clases de educación sexual con unos manuales que, el obispo Aguer calificó como lo que son neomarxistas, libertinas e inmorales, en efecto

Se afirma expresamente que la escuela debe orientar sobre el uso exclusivo del
preservativo como único medio de protección eficaz en la relación sexual frente
al VIH, tanto para los varones como para las mujeres. ¿No sería más eficaz, e
indudablemente segura, la abstinencia de las relaciones sexuales prematuras e
irresponsables?

Pero ¿Qué tipo de educación sexual es esta? Simplemente una propaganda del libertinaje, carente de cualquier caridad y amor verdadero. Se enseña que el sexo es bueno en sí mismo, que está bien buscar el placer sensual por el placer en sí y que uno puede tener la vida más libertina, solamente si se “cuida”.
¿Y que es “cuidarse”? Simplemente utilizar el preservativo. Las investigaciones científicas serias han demostrado que el condón no es efectivo para evitar el contagio del HIV/SIDA y que tampoco es 100% efectivo para prevenir embarazos. Si un preservativo, bien usado puede no servir como barrera para la fecundación, imaginemos lo que puede ocurrir con unos jóvenes inexpertos y adolescentes (¿tal vez alcoholizados? ¿Por qué no se hacen cumplir las normas para frenar el consumo de alcohol entre los jóvenes?): corrimiento, ruptura… luego el famoso “embarazo no deseado”. ¿Y que solución se propone? Ninguna otra que no sea el aborto… y de esa manera se quiere gestar, ya en los niños una cultura de la muerte .
Las feministas apoyan, como es lógico el aborto. Ellas son las grandes defensoras de los “derechos humanos” y la mujer (según ellas) tiene el derecho a hacer con su cuerpo lo que quiera. ¿Pero que hay de los derechos del niño no nacido? ¿Quién vela por él? ¿Es obligación del Estado proteger a un ser humano del asesinato? Si, absolutamente. No importa si este ha nacido o no, es un ser humano y el Estado está para protegerlo con sus leyes y llevar a la cárcel a aquellos que atenten contra la vida de una persona.
Las feministas, amantes de la píldora, el preservativo y el aborto, jamás han levantado sus voces contra la pornografía, verdadera industria nefasta que contamina el mundo, que reduce a la mujer a mero objeto deshechable, que muchas veces es humillada en filmes aberrantes para cualquier mente sana… las feministas no levantan sus voces contra la prostitución, forma moderna de esclavitud, las feministas (nuevamente) no protestan contra las niñas que son asesinadas antes de nacer.
Pero no solamente tenemos esta enseñanza dee una cultura de la muerte… quienes ejercemos la docencia en Buenos Aires no podemos negar nuestro horror ante la asignatura “Construcción de la ciudadanía”, la cual, según Monseñor Aguer:

impone una teoría crítica que pretende hacer del niño un pequeño teórico crítico
para cambiar la sociedad

en efecto, ella

se inspira en el neomarxismo de la Escuela de Frankfurt

Pero hoy se habla con virulencia sobre la posibilidad de leyes que obliguen a los docentes con enseñar educación sexual, además de esa aberración para cualquier mente sana que es el Marxismo. Los obispos y sacerdotes fieles a la doctrina serán cayados, amordazados, tal como es la costumbre del régimen democrático, pero como dijo Pio IX

Esas leyes son nulas, por oponerse totalmente a la constitución divina de la
Iglesia… y por tanto por ninguna potestad secular, por elevada que sea, pueden
ser privados de su oficio episcopal aquellos a quienes el Espíritu Santo puso
por obispos para regir la Iglesia de Dios (Dz 1842)

¿Y cuales son los deberes y obligaciones de los obispos? A ellos les fue confiada la absoluta “potestad legislativa, judicial y coactiva” (C.I.C., 335) para defender la fe y la moral. Ellos deberán condenar estos libros y llamar a la resistencia ante tales abusos. Corresponderá a los padres de los niños en edad escolar escuchar la voz de los prelados y exigir a las autoridades escolares que sus hijos no reciban semejantes aberraciones como “educación”.

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