Ayer publicamos el testimonio del “arzobispo” Carlos María Viganó en el que denuncia la campaña de encubrimiento realizada por Jorge Bergoglio (Antipapa Francisco) de importantes personajes de la alta jerarquía de la Iglesia Conciliar del Vaticano II. El texto concuerda con el terrible y doloroso informe del Gran Jurado sobre los casos de abuso sexual en Pensilvania. Entre esos se destaca el nombre de Carlos Urrutigoity, ex lefebvrista, fundador de la secta pedófilica “Sociedad San Juan”, que luego de un acuerdo extrajudicial escapó de la justicia en Estados Unidos y terminó refugiándose en Paraguay, protegido por un obispo del Opus de infame memoria. Descubierto (en parte a que desde Sursum Corda por años informamos de sus pasos) terminó alejado del ministerio público, lo que no le impidió celebrar Misas, dar conferencias y conseguir que algunos seguidores de él fueran ordenados al sacerdocio.
Las acusaciones contra Bergoglio son graves, como graves son los antecedentes y su tendencia a proteger y promover a todo tipo de desviados sexuales. En el lúcido blog The Wanderer se publicó un poco del historial de Bergoglio aquí en Argentina. En el sitio Bishop Accountability hay toda una sección sobre Argentina. Les recomiendo buscar aquellos casos que estaban especialmente relacionados con Bergoglio y que alguien tenga a bien explicarnos como pudieron operar esos presbíteros por tantos años sin que él tuviera conocimiento alguno. Verán ustedes como muchos fueron trasladados y puesto a resguardo, mientras que otros promovidos y terminaron formando parte del círculo íntimo del “cardenal con olor a oveja”.
Pero lo peor de todo es que los medios de comunicación en Argentina, especialmente el diario Clarín, que en una nota sin firmar afirmó que el Testimonio de Carlos María Viganó era apócrifo, redactado por el periodista Marco Tosatti con el fin de iniciar una nueva campaña para derrocar a Bergoglio como jefe de la Iglesia Conciliar. El mismo periódico que se destaca por sus continuos ataques contra la Vida, que se mofó de los grupos anti-abortistas y que ha realizado desde hace años una campaña pro-homosexual, vuelve a defender a Bergoglio. Nada extraño.