Muchos tradicionalistas han caído en una suerte de error protestante. En vez de una Sola Scriptura en cuanto a la Biblia, tienen una respecto al Codigo Pío Benedictino. Si nos ponemos a buscar en las publicaciones católicas más inteligentes veremos una gran cantidad de menciones al Codigo de Derecho Canónico. Evidentemente, la orfandad en la que se encuentra la Iglesia en las catacumbas permitió que muchos se erigieran expertos en el Derecho de la Iglesia, el cual es citado y comentado con una simpleza que en otra época hubiera provocado ciertamente admiración.
Junto a estos existe otro grupo que ha hecho del catecismo de San Pío X su única lectura. Quiteles el catecismo y se volverán loco. ¿Para que saber más? ¿Por qué buscar más allá si el catecismo lo contiene todo? Y es cierto que la Sana Doctrina está explicitada en el Catecismo, pero también es verdad que este es un compendio de la fe, un resumen de nuestra creencia, más no es nuestra creencia en sí. Muchos católicos hicieron del catecismo su Torah. Los judíos talmudistas idolatraron la Torah y el Talmud, son sagrados en si mismos, son portadores de la divinidad y la divinidad se confunde en estas escrituras. Mientras que el fiel católico debe buscar a Dios en las Sagradas Escrituras, el judío tiene por dios al Talmud y a partir de su dios interroga la Torah.
El católico de catecismo es un hombre de fe sincera, de fe cierta, peor también de fe miope, porque no puede responder nada sin recurrir al catecismo. Es la victima perfecta del modernista y del protestante, porque suele ignorar completamente las Sagradas Escrituras y a los Padres de la Iglesia. No los necesita leer ¿Para que si todo está en el catecismo? Pongalo usted a analizar un versículo, o mejor dicho exíjale que justifique los sacramentos basándose en la escritura y verá el resultado… lo acusará a usted de luterano, pero su fe quedará tambaleando de tal forma que sólo por milagro asistirá a la Misa el domingo… y ese milagro no será sino la confirmación de que Dios lo tiene sujeto por la Gracia.
El católico de catecismo no respeta las sagradas escrituras. Para él son accesorias, no son fundamentales, porque el fundamento es el Catecismo, no la Palabra de Dios. ¿Para que escuchar a Dios si puede escuchar a la Iglesia? Eso estaría bien si la Iglesia fuera siempre bien gobernada… pero si analizamos este tipo de razonamiento veremos en él el génesis de la Apostasía actual, del golpe maestro de Satanás como lo llamó Monseñor Lefebvre. En efecto el catecismo nos enseña a obedecer, no a dudar. Nos enseña la ciega obediencia a las autoridades eclesiásticas, nos recalca (con razón) la infalibilidad al magisterio y al Papa, pero no nos previene lo suficiente ante un Juan XXIII o un Pablo VI. Fueron los católicos de catecismo aquellos que aceptaron la destrucción de la Iglesia, fue esa fe ciega en la palabra del catecismo, esa negación a la autoridad de los Santos Padres (¿para que consultarlos? ¿Para que leerlos si todo está en el Catecismo?) fue la que aprovecharon los modernistas para dar el Golpe durante el Conciliabulo Vaticano II y así Montini/Paulo VI impuso una nueva religión que fue aceptada en su mayoría por todos bajo el pretexto de que el catecismo había enseñado a los fieles a obedecer ciegamente lo que les decía sus pastores.
Pero si estos fieles hubieran sido educados en la Patrística y en las Escrituras, si hubieran sido educados como corresponde en la defensa de la Fe, no solo en la repetición de una serie de respuestas básicas, la historia sería muy diferente. Los católicos de catecismo no son doctos, ni aún aquellos que poseen títulos. Nadie niega su fe, nadie niega su celo por la Iglesia, más podemos acusarlos de mediocridad doctrinal. Son, a su manera enanos intelectuales, cuando los modernistas suelen ser, como es el caso de Ratzinger verdaderos gigantes en esos campos.
Existe, finalmente una tercer categoría: el intelectual católico mediocre. Este es un católico, fiel y tradicional que ha superado por mucho al católico de catecismo, a su vez es “docto” en derecho canónico. A diferencia del primero ha reconocido en las Escrituras algo más que accesorio, se puede acercar a ellas sin el miedo del primero; a diferencia del canonista de bolsillo puede plantear problemas y no solo repetir “casos” como un autómata. Sin embargo su hermenéutica está basada en la lectura de terceros. No lee a San Agustín sino a sus comentaristas, desconoce al Doctor de Aquino, lee a los tomistas. Causa gracia ver su “cronología bibliográfica”: Es el Siglo XVIII y el XIX… no demasiado de este (ya están los modernistas), no mucho antes de aquel (San Agustín puede ser peligroso, Santo Tomás mucho más). El pretexto es “son textos complejos y difíciles”, siempre tienen a un comentarista a mano. Algunos son muy buenos como Garrigou-Lagrange, otros son innombrables y la mayoría son saintsulpicianos, lo cual es monótono y aburrido hasta el extremo de hacernos preferir al católico de catecismo.
En esta ultima categoría, la del intelectual católico mediocre se encuentra el amplio sector de sacerdotes y obispos tradicionalistas. Muy pocos van más allá. Sus miedos se los transmiten a sus fieles. En parte, el temor de estos es mera ignorancia, alimentada por sus pastores que, temerosos de “fieles preguntones” se limitan a procrear católicos de catecismo, amonestar a los canonistas y coexistir con los intelectuales mediocres que, en ultima instancia son sus colegas. Quien quiera ver más allá del “Comentario de la Primera Parte de la Suma Teológica”, aquel que se dedique a leer la Ciudad de Dios o los debates del más grande de los filósosfos católicos contra los Donatistas será acusado publica y privadamente de modernista.
DEUS SEJA LOUVADO.MAIS UM TEXTO DE ALTA CATEGORIA DESTE BRILHANTE E JOVEM APAIXONADO PELO CATOLICISMO \”VERDADEIRO\” .UM TEXTO BRILHANTE. PECA APENAS EM NÃO FAZER UMA ANÁLISE : MESMO UMA MENTIRA E MESMO UM ERRO,QUANDO DEFENDIDO COM AUDÁCIA DA \”SABEDORIA\”,QUE EMBORA ERRADA,SE FAZ APAIXONANTE AOS QUE TEM POR OBJETIVO NA VIDA A POLEMICA;OU SEJA,MESMO A VERDADE OBJETIVA,EXTENDIDA AOS MEANDROS DOS DIVERSOS MEIOS DE SE PODER COINHECE-LA,PODE PARECER UM ERRO FATAL,QUANDO A ANALISE PARTIR DO PRESUPOSTO DE QUE O INDIVIDUO EM VOGA É O \”CONHECEDOR ABSOLUTO\” DA VERDADE. ESTE É O MAL ABSOLUTO DE TODOS E SEM EXCEÇÃO,DOS TRADICIONALISTAS.TODOS COM SEUS ARGUMENTOS SÃO DONOS DA VERDADE E NÃO SE RAÃO CONTA ATÉ AGORA QUE SUA POSTURA NADA MAIS É QUE A EXPRESSÃO VIVA DA SEPARAÇÃO E DA DIVISÃO QUE ESCANDALIZA A IGREJA DE SEMPRE.DEUS TENHA MISERICÓRDIA DOS \”DONOS DA VERDADE\” . EU SOU PECADOR.HUMILDEMENTE RECONHEÇO.COM NOSSA BENÇÃO APOSTÓLICA.+DOM DUARTE
Excelente comentario. Sería bueno que periódicamente publicase una lista de libros recomendados. Gracias. Saludos. Alejandro Ancona.
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