La creencia infundada de que la Iglesia Católica Romana antes de la hecatombe del Vaticano II era un paraíso de moral y fe orientada perfectamente a Cristo no se sostiene ante la terrible evidencia que, día a día sale a la luz. Esta situación, que lleva a las nuevas generaciones de tradicionalistas, a idealizar las décadas de 1940-1950 encierra el peligro de la “construcción de la memoria”.
Este proceso fue analizado por Elizabeth Loftus quien estudió como los recuerdos pueden ser alterados y modificados, creando nuevos recuerdos en base a lo que realmente ocurrió y las experiencias que se agregaron. También tenemos los trabajos de John Sutton y Dr. John H. Campbell según los cuales los recuerdos se construyen y se modifican en el ámbito social. Así por ejemplo, un hombre que no ha conocido más que los prioratos y capillas tradicionalistas tenderá a imaginar que los ambientes parroquiales de los años ‘50 eran así… cuando en realidad, según los testimonios de quienes vivieron aquello, distaban muchísimo de lo que hoy en día se puede apreciar en cualesquier centro de Misa.
Uno de los factores que más sorprende es como los tradicionalistas consideran que los casos de abuso sexual a menores y pedofilia son propios de la Iglesia Conciliar, y que van asociados a una degeneración del sacerdocio. Como si el modernismo fuera el culpable de los horrendos crímenes de los que fuimos testigos por años y que los medios seculares se han encargado de publicitar a más o poder.
Esto no es sino, una generalización empírica post factum, es decir, se toman varios casos similares, sincrónicos y a partir de ellos se crea una regla que se hace pasar por “ley”. Basta un sólo ejemplo para demostrar que se trata de una falacia. Lamentablemente, en la Historia de la Iglesia si algo sobran son ejemplos de abuso sexual de religiosos, no sólo contra niños, sino también contra mujeres. Invitamos a los tradicionalistas que se embanderan con el “sacerdocio viril” a preguntarse sobre la historia de los confesionarios.
Pero hoy queremos traer a colación el tema de uno de los ejemplos más claros de cómo la Iglesia Católica Romana estaba infectada hasta la médula ya en la época de Pío XII… si el mismo Pío XII que muchos tienen por “santo” y que fue el responsable de haber puesto en lugares clave a los modernistas que luego conducirían el Vaticano II y su rito sacrílego. Si alguien promocionó a Montini, ese fue el Papa Pacelli; si alguien se encargó de preparar el camino al Novus Ordo Missae ese fue Pío XII encargando a Bugnini la redacción del Misal que luego habría de promulgar Roncalli/Juan XXIII-Bis.
Pero hoy trataremos de otra de las aberraciones de la época de Pío XII, la relacionada con el caso de Marcial Maciel Degollado, el infame fundador de los “Legionarios de Cristo”. El sitio Miles Christi ha publicado un interesante artículo que se hace eco del sitio La voluntad de no saber. en cual se compilan documentos desde 1944 sobre las acciones del infame presbítero promocionado por altísimos cardenales y obispos que reinaron en el peor pontificado de la Historia moderna: el de Pío XII.