Dios quiere que todos se salven ¿Que significa?

Recientemente estaba leyendo mucho material producido por teólogos de la Compañía de Jesús, no la actual modernista, sino la pre-conciliar, que también era modernista y antes de que se inventara el modernismo era laxista, algo de lo que jamás se desprendieron.
Si algo me ha sorprendido de los jesuitas es su constante ínsistencia en que todos los hombres pueden salvarse. En este blog hemos hablado ya del universalismo, es decir la creencia de que todos los hombres se salvarán. Esto los jesuitas de hoy lo dicen abiertamente, más los pre-conciliares habían elaborado un sistema muy cercano al semipelagianismo por el cual bastaba la voluntad del hombre para conseguir su salvación, siendo el gran arquitecto de ese sistema teológico el jesuita Molina que rechazaba la eseñanza católica de la predestinación y la gracia eficaz. Los jesuitas, herejes y calumniadores, cuando se les hechaba en cara su error tan cercano a la herejía respondían con ataques y acusaban a quienes exponían la verdad de calvinistas. Así, por ejemplo llegaron al extremo de hacer poner en duda nombres tan notables como los del Cardenal de Noris, famoso agustino italiano del Siglo XVIII.
El principal de los argumentos de los jesuitas (pre y post-conciliares) es el versículo de I Timoteo 2:4 “Dios quiere que todos los hombres se salven”.
Sin embargo, muy pocas veces vemos que incluso entre los tradicionalistas más inteligentes haya un análisis de este versículo apelando a la enseñanza del gran Doctor de la Gracia San Agustín de Hipona.
¿Que nos dice el Maximo Doctor de la Iglesia? Para él las palabras del Apostol de los gentiles debe entenderse en el sentido de los elegidos, es decir de los predestinados. El principal argumento de San Agustín es la omnipotencia de Dios, es decir, Dios hace lo que él quiere y lo que él quiere debe cumplirse efectivamente. En efecto, en las Confesiones San Agustín, retomando a Platón señala que Dios está fuera de la Historia, es decir, al margen del tiempo, porque el tiempo fue creado por Dios y por lo tanto el devenir histórico no puede afectarlo, porque en caso contrario Dios no sería inmutable… los jesuitas con su teoría de la concausalidad niegan este dogma de fe.
Continuemos. Si Dios ha decidido que alguien debe salvarse, entonces esa persona no puede quebrar la voluntad de Dios, porque la misma existe efectivamente desde antes del nacimiento de esa persona y además porque lo que Dios quiere efectivamente se cumple. En caso contrario Dios no sería omnipotente. Para reforzar su argumento, San Agustín cita varios pasajes de las Sagradas Escrituras donde se muestra que los milagros no siempre convertían a todos, sino a unos pocos y además, en algunas oportunidades el Espíritu evitaba que los Apostoles visitaran y predicaran en determinados lugares, y mucho más Nuestro Señor como ocurre en Mt XI donde Cristo predica contra las ciudades incrédulas. Eso demuestra, según el Doctor que el sentido de “Dios quiere que todos los hombres se salven” se refiere a aquellos que Dios quiso “guardar” y no a todos los hombres en absoluto. EN efecto, aquellos que se salvan son guardados, preservados, ese es el sentido del “Don de perseverancia”:

“Esta es la predestinación de los santos, – nada más, a saber, el conocimiento previo y la preparación de los dones de Dios, por el que se entrega con toda seguridad, sean quienes sean, que se entregan . Pero ¿dónde están el resto dejado por el justo juicio divino, excepto en la masa de la ruina, donde los tirios y sidonios quedaron? que, por otra parte, hubiera podido creer si habían visto maravillosos milagros de Cristo. Pero como no se les dio para pensar, de creer los medios también se les negó. […] Pero, ¿Lo que dijo el Señor de los tirios y sidonios no puede acaso ser entendida de otra manera: que nadie, sin embargo viene a Cristo a menos que se le ha dado, y que es dado a aquellos que se escogió en él antes de la fundación el mundo, confiesa sin lugar a dudas el que oye la palabra divina. […] “Para ti”, dijo, «es dado saber el misterio del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado.” (El don de la perseverancia 35)

Dios, si quisiera podría salvar efectivamente a todos los hombres, podría convertir a todos con solo desearlo desaparecería el pecado, la herejía, la apostasía y todos iríamos a Cristo. Todos si él lo deseara. Pero Dios no quiere eso… porque ha decidido salvar a unos para mostrar su misericordia, mientras que a otros, como enseñó San Agustín, los deja perder para mostrar su justicia.
Y nadie puede objetar la acción de Dios, porque nadie puede ser más justo ni más misiericordioso que el Señor.

2 comentarios en “Dios quiere que todos se salven ¿Que significa?”

  1. Seguramente eres agustino, por eso has de defender tanto la postura de San Agustín. Pero déjame decirte que lo que dice San Agustín no es Palabra de Dios. Pero bueno, de acuerdo a lo que has expuesto entonces se puede concluir que Cristo no es, de ninguna manera, Salvador universal. El hecho de que digamos, siguiendo a Timoteo, que Dios quiere que todos los hombres se salven, no es cuestión de predestinación, porque si fuera así entonces seríamos títeres de Dios, y estaría jugando con nostoros desde siempre al haber creado a unos para la salvación y a otros para la condenación. A los primeros, según tú, para mostrar su misericordia, y a los segundos para mostrar su justicia… ¡¡¡ Qué clase de dios es ese que predicas?? qué clase de dios es ese del que hablas¡¡??? ese dios del que hablas no muede ser Dios. Pues Cristo derramó su sangre por TODOS LOS HOMBRES, pero es muy diferente decir que muchos aceptan los meritos del sacrificio de Cristo en la cruz y muchos no… aquí estriba la diferencia. Pero aun así, la sangre ha sido derramada, Él ha pagado, y cada quien es libre, libre, libre, de aceptar el rescate… Pero todos los hombres estamos invitados a la salvación… (donde entran entonces los judío, musulmanes, budistas, janseista, brahamanistas, induistas, etc.? acaso tu dios/Dios no los predestinó a ellos o sí?? y tambien derramó su sangre por ellos o no??? esme_manuel@hotmail.com

  2. Estimado Manuel:Muchísimas gracias por tu comentario. Desde ya te digo que estas invitado a enviar, si quieres algún texto sobre este tema (o cualquier otro que trate sobre teología, liturgia, o ciencias sagradas) a mi correo para que lo publiquemos en Sursum Corda. Ahora, respondiendo a tu comentario:1) San Agustín fue considerado siempre como aquel que había explicitado la doctrina de la Gracia y la Predestinación, tal como consta en el Magisterio de los primeros siglos e incluso en el reciente (anterior a Pío XII). Por lo tanto yo no defiendo a San Agustín, es la Iglesia la que sostiene como verdadera su teoría sobre la Gracia.2) San Agustín no es la palabra de Dios, efectivamente, pero los católicos debemos interpretar la Palabra de Dios según el sentir de la Iglesia y de acuerdo a la opinión de los Padres.3) Cristo es salvador universal efectivamente, pero no salva a aquellos que están condenados porque, como dice el Magisterios estos se condenan por su culpa propia y no por culpa de Dios. De ahí el error de Lutero de decir que Dios era el responsable del pecado del hombre. Pero si tu, querido amigo, dices que Jesucristo murio por todos, absolutamente por todos los hombres incluso los condenados, esto significa que el Señor derramó en vano su sangre (\”judío, musulmanes, budistas, janseista, brahamanistas, induistas\”). 4) Tal vez no quedó en claro cuando explicamos que DIos está fuera de la Historia, el es anterior al tiempo, el tiempo, como el Espacio es una creación de Dios y por lo tanto Dios sabe efectivamente quienes se salvarán y quienes morirán, por consiguiente, el sabe a quienes alcanzarán los méritos de su Sacrificio. Como dijo Platón a quien San Agustín sigue en su teoría del tiempo, la Divinidad está en un continuo presente, mientras que para nosotros todo es o pasado o esperanza de un futuro.5) Para Dios, según la teología católica la potencia es acto. Dios lo que quiere lo puede, si Dios quiere salvar a alguien, esa persona no puede resistirse, por eso decimos que si nos salvamos lo hacemos por la Gracia de Dios, pero el hombre, dejado a su libertad y sin la gracia no puede salvarse. La creencia de que nosotros podemos elegir salvarnos o condenarnos por nosotros mismos, según nuestros propios mériotos es pelagiana y está condenada por la Iglesia.Si quieres puedo publicar un texto tuyo en el Blog para debatir mejor el tema y que otros puedan también participar.Un saludo en Cristo Nuestro Señor

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