Revisando el Blog de Monseñor Julio Aonzo encontramos el siguiente texto donde analiza la situación del hombre moderno, es decir, aquel que enamorado de si mismo ha vuelto la espalda a Dios y ha caído en un terrible vacío que no puede llenar con nada. EL hombre moderno cree que puede salvarse a sí mismo, por eso no ve a Dios sino a si mismo… ¿No hay un aire pelagiano en todo esto?. Veamos lo que dice este obispo pro-conciliarista
el hombre del siglo XXI es un ser de naturaleza raquítica y débil, y consumador
voraz de lo que los medios de comunicación le ofrecen e imponen, insatisfecho y
vacío no tiene ni le interesa la noción de finalidad y abandonándose al imperio
de los sentidos ha perdido el fin por el que fue creado y redimido
El hombre moderno es un hombre mediocre, un enano espiritual, un ciego que librado de la gracia de Dios, solo camina hacia su perdición.
Oremos a Dios para que nos de la gracia de no perder la Gracia.