Hace pocos días subimos a Sursum Corda un texto sobre las apariciones marianas. Este forma parte de una serie de artículos que se refieren a la cuestión del “aparicionismo”. Desde Sursum Corda, un blog destinado a la espiritualidad y a la defensa de nuestra Fe Católica y el apoyo a la Resistencia contra la Iglesia Conciliar hemos advertido en varias oportunidades sobre los “fenómenos aparicionistas” a los que tantos tradicionalistas son afectos. Huelga decir que la Santa Iglesia Católica, por medio de su magisterio advirtió siempre sobre estos fenómenos recordándonos que nuestra fe se basa únicamente en aquello que Cristo nos transmitió. Dios nos habla por medio de las sagradas escrituras, porque estas tienen por autor a Dios mismo que se sirve del hagiógrafo cual si fuera su pluma… verdad esta que, consagrada por el Magisterio provoca en los semipelagianos gran confusión, toda vez que realzan la libertad del hombre y destruyen en su locura la omnipotencia divina.
Hace ya un tiempo, el Padre Brian Moore publicó un texto llamado “Las apariciones marianas”. En Sursum Corda estamos preparando la subida de este artículo completo (y largo, lo advertimos) ara dentro de unos pocos días. Sin embargo, y dado que hemos recibido una gran cantidad de e-mails donde se nos pregunta el porque de la desconfianza de los mensajes que la Virgen estaría dando hoy mismo a ciertos videntes (videntes que aparecen tanto entre sedevacantistas, fieles de la FSSPX o “Católicos Independientes pseudo-tradicioanlistas”) decidí transcribir algunos casos históricos que menciona el Padre Moore y que pueden poner sobre alerta a muchos fieles bienintencionados.
C. La historia de la Iglesia
A continuación narraremos dos casos que nos advierten de la prudencia que debemos usar siempre en lo que hace a manifestaciones extraordinarias y apariciones.
* El caso de Magdalena de la Cruz: Nació en 1487, en España; desde los 5 años tuvo apariciones de N.S. y de los santos (aparentemente). Fue curada milagrosamente, transportada de manera milagrosa a lugares lejanos. Desde los 12 años realiza milagros. En 1504, cuando tenía 17 años y gozaba ya de fama de santidad entra al convento de Córdoba. Venerada en toda España es elegida abadesa en 1533, y sucesivamente en 1536 y 1539. Muchos testimonios de la época acreditan sus “grandes virtudes” y sus dones místicos. Pero resulta que en 1542 las religiosas de su convento descubrieron que comía en secreto, cuando había aparentado vivir en ayuno. Y nos cuenta Llorente en su Historia crítica de la Inquisición (T.II) que a muchas personas les decía que el concubinato de sacerdotes y monjes no era pecado; que violar la ley de la abstinencia o el descanso dominical tampoco era falta. (Libro justamente criticado por su parcialidad, etc., pero aquí podemos pensar que es cierta esta historia ya que fue también testificada por Menéndez y Pelayo en Historia de los Heterodoxos).
Se advirtió entonces de todas estas cosas al superior provincial y a los confesores del convento, pero ellos no hicieron caso. Sin embargo, en el año 1543 se le efectuó un exorcismo y se le advirtió que estaba por morir. Entonces “la santa, la mística”, confesó que cuando tenía 5 años el demonio se le apareció bajo el aspecto de Cristo para anunciarla que ella sería una gran santa. Y cuando tenía 13 años -es decir que Magdalena ya se había inflamado de orgullo- se le apareció de nuevo para decirle esta vez que había sido él quien se le había aparecido en su niñez.
* Las falsas apariciones a raíz de Lourdes: Después de las apariciones de Nuestra Señora a santa Bernardita, hubo muchísimas falsas apariciones en Lourdes y en los pueblos de los alrededores. Esto lo atestigua, por ej., el hermano Léobard, director de las escuelas de Lourdes: “El diablo hizo surgir una infinidad de visionarios. Se los vio librarse a las más grandes extravagancias. ¿Veían ellos algo? Sí, y se está en todo el derecho de creer que muchos entre ellos vieron al espíritu malo, bajo diversas formas…”.
Monseñor Cristiani en un interesantísimo libro, Présence de Satan dans le monde moderne, nos dice al respecto:“Sea que se atribuya a la exaltación, a la imaginación, al contagio espiritual, las visiones que se unieron a las de Bernadette, es evidente que el demonio sacaba de ello provecho y que perfilaba una táctica: la de ahogar las que eran visiones auténticas y apariciones ciertas de la Virgen, bajo el flujo de imitaciones ridículas o barrocas, de las cuales una parte del público se alimentaba con frenesí, en Lourdes, mientras que los más sabios alzaban los hombros. Ahogar la verdad en la mentira era un procedimiento bien digno del demonio”. (Cap. II Les diableries de Lourdes, p. 59-9I, Ed. France-Empire,1960).