Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se
hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que
entienda. -Mateo 19,12
Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las
cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas
del mundo, de cómo agradar a su mujer; está por tanto dividido. La mujer no
casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser
santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del
mundo, de cómo agradar a su marido.
Os digo esto para vuestro provecho, no
para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el
Señor, sin división. Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su
novia, por estar en la flor de la edad, y conviene actuar en consecuencia, haga
lo que quiera: no peca, cásense.
Mas el que ha tomado una firme decisión en
su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en
su interior a respetar a su novia, hará bien. Por tanto, el que se casa con su
novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor. La mujer está ligada a su
marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse
con quien quiera, pero sólo en el Señor. Sin embargo, será feliz si permanece
así según mi consejo; que también yo creo tener el Espíritu de Dios. -I
Corintios 7,32-40
El obispo o cualquier otro clérigo tenga consigo solamente o una
hermana o una hija virgen consagrada a Dios; pero en modo alguno plugo (al
Concilio) que tengan a una extraña»
Plugo prohibir totalmente a los obispos, presbíteros y diáconos o a
todos los clérigos puestos en ministerio, que se abstengan de sus cónyuges y no
engendren hijos y quienquiera lo hiciere, sea apartado del honor de la clerecía»
(DZ 52)
Vengamos ahora a los sacratísimos órdenes de los clérigos, los que para
ultraje de la religión venerable hallamos por vuestras provincias tan
pi-soteados y confundidos, que tenemos que decir con palabras de Jeremías:
¿Quién dará a mi cabeza agua y a mis ojos una fuente de lágrimas? Y lloraré
sobre este pueblo día y noche [Ier. 9, 1]… Porque hemos sabido que muchí-simos
sacerdotes de Cristo y levitas han procreado hijos después de largo tiempo de su
consagración, no sólo de sus propias mujeres, sino de torpe unión y quieren
defender su crimen con la excusa de que se lee en el Antiguo Testamento haberse
concedido a los sacerdotes y ministros facultad de en-gendrar. Dígame ahora
cualquiera de los seguidores de la liviandad… ¿Por qué [el Señor] avisa a
quienes se les encomendaba el santo de los santos, di-ciendo: Sed santos, porque
también yo el Señor Dios vuestro soy santo [Lv. 20, 7; 1 Petr. 1, 16]? ¿Por qué
también, el año de su turno, se manda a los sacerdotes habitar en el, templo
lejos de sus casas? Pues por la razón de que ni aun con sus mujeres tuvieran
comercio carnal, a fin de que, brillando por la integridad de su conciencia,
ofrecieran a Dios un don aceptable…
De ahí que también el Señor Jesús,
habiéndonos ilustrado con su venida, protesta en su Evangelio que vino a cumplir
la ley, no a destruirla [Mt. 5, 17]. Y por eso quiso que la forma de la castidad
de su Iglesia, de la que El es esposo, irradiara con esplendor, a fin de poderla
hallar sin mancha ni arruga [Eph. 5, 27], como lo instituyó por su Apóstol,
cuando otra vez venga en el día del jui-cio. Todos los levitas y sacerdotes
estamos obligados por la indisoluble ley de estas sanciones, es decir que desde
el día de nuestra ordenación, consagra-mos nuestros corazones y cuerpos a la
sobriedad y castidad, para agradar en todo a nuestro Dios en los sacrificios que
diariamente le ofrecemos. Mas los que están en la carne, dice el vaso de
elección, no pueden agradar a Dios [Rom. 8, 8].
…En cuanto aquellos que se
apoyan en la excusa de un ilícito privilegio, para afir-mar que esto les está
concedido por la ley antigua, sepan que por autoridad de la Sede Apostólica
están depuestos de todo honor eclesiástico, del que han
usado indignamente,
y que nunca podrán tocar los venerandos misterios, de los que a sí mismos se
privaron al anhelar obscenos placeres; y puesto que los ejemplos presentes nos
enseñan a precavernos para lo futuro, en adelan-te, cualquier obispo, presbítero
o diácono que – cosa que no deseamos fuere hallado tal, sepa que ya desde ahora
le queda por Nos cerrado todo camino de indulgencia; porque hay que cortar a
hierro las heridas que no sienten la medicina de los fomentos.
Sedevacantista… los tiempos cambian, como la liturgia y las leyes de la Iglesia. Sin celibato no habria violaciones ni abusos a los niños
El blog de los sedevacos… das asco hijo de puta!